lunes, 4 de febrero de 2019

No sense.

En 2012 escribí algo que no llegué a publicar. Hoy me siento identificada al 100% con ello, cuando ni siquiera recuerdo que era lo que pretendía olvidar por aquel entonces.

Pensaba que habían quedado atrás los días en los que me hacía daño.
Me duelen los muslos de pellizcarlos.
Me duele la vida por ocultarlo.



viernes, 25 de enero de 2019

Soy.

A veces me conformo con que me mires, otras se vuelve una necesidad imperiosa que me conozcas. Mentiría si dijera que no tengo una carta de presentación. Joder, todo el mundo tiene una. Aún así, cuando me preguntan; "¿cómo eres?"... Cómo soy... Es complicado, pero intentaré hacértelo entender.


Soy errores.
Malas experiencias.
Malas decisiones.
Soy música.
Canciones en el tiempo.
Una radio que suena de fondo.
Soy dolor.
Lágrimas.
Culpabilidad.
Pero también soy humildad.
Cariño.
Amor.
Besos en versión extendida.
Soy muy buena en la teoría y pésima en la práctica.
Soy sueños a los que les cortaron las alas.
Soy aprendiz de las cosas más pequeñas.
Alumna de mí misma.
Soy luces por la noche, porque me aterra la oscuridad.
Soy humor infantil.
Humor absurdo.
Humor cínico.
Soy inquietud.
Cabezonería.
Malas pulgas.
Pero también soy risas.
Consejera.
Cuidadora.
Fortaleza.


A veces, mi niño... A veces, incluso, soy magia.



domingo, 20 de enero de 2019

Necesito hablarte.

Son casi las 4 de la mañana. En 3 horas debería estar en pie, midiendo los tiempos para salir de casa, probablemente corriendo. Debería dormir. Pero estoy aquí, pensando en una conversación que jamás tendremos. En unos consejos que jamás llegarán.
Estoy perdida, papá. Asustada.
Siento tantas cosas... Desbordantes, intimidantes, complicadas.
¿Qué me dirías...? Creo saberlo, pero siempre me matará no estar segura. Aún me duele... Tu número de teléfono lleva años sin dar señal, pero aún insisto en llamar. ¿No es absurdo?
Oye, papá... ¿Sabes por lo que cada día verdaderamente lucho? Porque puedas sentir que estoy al nivel de la persona que siempre quisiste que fuera. ¿Por qué siento que te estoy fallando?
¿Sabes...? Él te caería bien. Estoy segura. También sé que me dirías que no es culpa mía, que todo saldrá bien, que solo viva y sienta a mi manera, como vengan las cosas... Porque soy tormenta, pero el sol siempre llega. Ojalá tu voz arrastrara esas palabras. Ojalá.

lunes, 5 de febrero de 2018

... Y no llega.

He hablado abiertamente de mi situación con ciertos miembros de mi familia. He sido capaz de dejar de disimular, de intentar que todo fuera perfecto para que sus palabras no pudieran hacerme daño.
He llegado a tal punto de bloqueo y desesperación, que he dejado de ocultar mi situación.

Y... No ha pasado nada. 

Nada ha cambiado.

No... No hay ni un banal esfuerzo por interesarse, por ayudarme, por preocuparse.
Ya lo sabía, joder.
Obviamente lo sé desde hace mucho, mucho tiempo.
Pero me frustra que callar no sirva y... Hablar tampoco.

Dios, estoy tan frustrada.

No paro de hacer cuentas, no paro de discutir con mi entorno, no paro de reventar emocionalmente, no paro de despistarme, de cansarme, de llorar, de buscar... Y tampoco puedo hacer que cargue con ésto la gente que me quiere. 

¿Entonces... qué?

¡¿Qué?!

Estoy tan perdida y angustiada que lo único que me gusta hacer, que es estudiar, no lo hago bien. No me centro. No me sale. No puedo.

No. No. No. No. No. No. No. No.

Y sé que puedo, joder, sé que no soy débil. Pero sólo quiero dormir y ver pasar el tiempo. Odio... Estar así. No quiero estar así. No puedo permitírmelo. Tengo muchas cosas buenas, pero debo dejar de responsabilizarme de todo si quiero disfrutar de ellas. 

Joder.

Espabila.

Basta de autoflagelarse.

No quiero más explosiones mentales.

Por favor... Sé más fuerte que la situación. 


miércoles, 17 de enero de 2018

...

Cuando tenía 16 años, conocí a una chica en una mala circunstancia.


Yo por ese entonces ya había conseguido reunir un pequeño círculo de amistades estables y había superado las duras etapas a las que me ví sometida en el instituto y en casa un tiempo atrás.


Como viene siendo habitual, la conocí cuando nos tocó juntas en clase y me llamó la atención, por desgracia, al escuchar las burlas de otrxs hacia ella.


Ella no era muy agraciada, pero sus gestos eran preciosos. Su personalidad lo era. Sin embargo, estaba sola. Por aquel entonces, yo había conseguido ser la típica "alumna neutra" y pensándolo egoístamente, me arriesgaba a perder los beneficios que eso me otorgaba, así que durante unos cuantos días... Callé.


La cosa fue a más, cómo siempre, porque nadie intervenía, porque nadie hacía nada.

Un día le tiraron el pupitre al suelo y le rompieron sus dibujos.

Mientras la clase callaba, ella lloraba y yo sólo podía pensar "yo también estuve ahí, yo también necesité ayuda". Fue cuando me levanté, recogí su pupitre y le dije; "quiero ser tu amiga y quiero que me enseñes a dibujar".


Sí.


Así de cutre fui.


Evidentemente nos empezaron a machacar a las dos, pero yo siempre les contestaba, mientras ella permanecía detrás. Cuando todo acababa, entre risas, me decía: "¡pareces mi novio!" y eso siempre me irritaba.


Aprendimos a cocinar juntas platos japoneses; éramos un par de frikis redomadas, ella me pasaba anime, yo le recomendaba manga y reía poco por falta de autoestima y confianza, pero cuando lo hacía te contagiaba.


Con el tiempo, yo me mudé y tomamos distancia. Sin más.


Hoy, ella se ha ido.


Con 25 años.


Con su sueño recién iniciado.


Con su sonrisa contagiosa.


Todo se ha ido.


Y nunca tuve oportunidad de decirle que, 7 años después, seguía recordándola.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.


No es justo.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Ey... Estoy aquí.

¿Estás ahí? 

Sé que lo estás.

Soy tú, hace un tiempo, quizás hace unos años.
Te escribo esto por si tu cabeza sucumbió. Lo primero de todo es decirte QUE NO ES CULPA TUYA. Hay factores que ni siquiera tú puedes controlar. No te asustes, sé que lo estarás, pero no lo hagas.
Esas voces que escuchas internamente, esas cosas que sólo tú puedes ver, que sólo tú puedes oler... NO SON REALES
Cuando dudes, cuando creas que tu realidad es la dominante, pregúntale a alguien, contrasta los hechos. 
Siempre se te dio bien hacerlo.
Puede que tengas la enfermedad, pero ella NO ERES TÚ. Tú siempre serás tú, con tus virtudes y tus defectos. Sólo tienes que encontrarte entre tantas dudas.
Siempre tuviste una fuerza inmensa para la introspección, para analizar a los demás. ¡Vuelve!
Sé más fuerte, sé consciente de que esa enfermedad sólo quiere engañarte, de que no es la sociedad; ELLA ES EL ENEMIGO.
Date cuenta y vencerás. 
Vivirás y ayudarás a más gente. 
Demuéstrale al mundo que la enfermedad no te domina, que jamás dejarás de ser tú misma.
Eres tan fuerte... Has pasado por tanto... Esto simplemente es un bache más en el camino.

Te quiero y confío en tí.

jueves, 4 de agosto de 2016

La que se avecina (no la serie, sino en mi vida).

Éste será otro de esos posts nada poéticos que escribo "últimamente" (¿se puede decir "últimamente" abarcando tal cantidad de meses e incluso años?), pues eso, ahí va.

Hace unos días descubrí que no sólo tengo el acceso a la universidad, sino que me convalidan la equivalencia del bachiller a todos los efectos (sobre todo laborales, que es lo que a mí me interesa). Con 24 años me encuentro con "bachillerato" y apta para la carrera de psicología. Qué locura (y qué ironía).

Estoy tan contenta, tanto, pero tanto, que a veces me despierto con una sonrisa inmensa sin saber muy bien por qué. Sí, sí, es cierto que el dinero me preocupa terriblemente, y que me encantaría poder encontrar un trabajo que, sobre todo, me permita compaginarlo, pero eh, para eso ahorré el dinero de trabajos como el Telepizza, ¿no?
Ya lo solucionará la Carlota del futuro, hoy por hoy, mi verdadero trabajo será estudiar, y esa, mientras pueda, será mi prioridad absoluta ante todo.

He pensado en abrir otro blog tratando sólo mis experiencias en cuanto a la carrera, a las asignaturas, a lxs compañerxs, etc. Obviamente sin dejar este atrás, al final nunca lo hago. A veces pienso que es absurdo mantenerlo en pie y escribir aquí, pero cuando releo mis antiguas entradas me doy cuenta de lo mucho, sin darme cuenta, que he andado como persona. No sé a veces si a mejor o a peor, pero en movimiento, que es lo que importa.

Quién me iba a decir que después de 5 años y medio con mi pareja le quiero aún más que el primer día,.. Que dos gatos me llenan más que mucha de mi familia. Al final hemos creado un pequeño núcleo, bastante estable, aún con todos los temores que tenía.

Siento, de algún modo, que aún a pequeños pasos, he ido saltando de logro en logro. Conseguir estabilidad en gran medida, tener una buena salud y el peso que quería, conseguir los estudios que aún no tenía, emprender una aventura nueva a una carrera... Es que cuando lo digo, aún no lo creo.

Mi madre me dijo que no lo conseguiría. Me río de ella ahora.

Si he aprendido algo a lo largo de estos 5 años es que dejarse llevar por las opiniones ajenas puede destrozarte y llevarte a dejar tus sueños e ideas atrás. Yo he cometido ese fallo demasiadas veces, pero un día... Bueno, un día dejó de importarme en términos generales (no voy a mentir, aún pueden herirme) y el motor empezó a ponerse en marcha solo.

Ahora sí...